¿CUANDO?
Las citas bíblicas que aparecen son tomadas de la versión Reina-Valera 1909, excepto cuando se indica que se está usando otra versión.
En el siglo pasado hubo un predicador bautista llamado William Miller que dedicó mucho tiempo a estudiar las profecías bíblicas, sobre todo las relacionadas con el tema de la segunda venida de Cristo, y le llamó la atención en forma especial el siguiente versículo del libro de Daniel:
"Y él me dijo: Hasta dos mil y trescientos días de tarde y mañana; y el santuario será purificado". Dan.8:14.
Miller entendió que la purificación del santuario, según este versículo, se refería a la segunda venida de Cristo, y como que en algunas profecías bíblicas el tiempo debe ser interpretado a razón de un año por cada día (ver Eze.4:6), él también atribuyó aquí a cada día un año, y lo relacionó con la profecía de las setenta semanas de Dan.9:24-27. Debido a eso tomó como punto de partida para sus cálculos el año 457 A. C., fecha en que el rey Artajerjes emitió un edicto autorizando la reedificación de Jerusalem. De acuerdo con los cálculos de Miller, Cristo vendría a purificar la tierra entre marzo de 1843 y marzo de 1844. Su predicción causó honda impresión en muchos creyentes, surgiendo así un movimiento que atrajo a miles y miles de personas. Cuando la fecha anunciada llegó y nada aconteció, Miller revisó de nuevo sus cálculos, fijando una nueva fecha; esta vez señaló el día 22 de octubre de 1844, que coincidía con el Día de Expiación según el calendario hebreo.
Como la nueva fecha también pasó, con su consiguiente chasco, Miller reconoció que se había equivocado en su sistema de interpretación bíblica, y el movimiento se desmoralizó y casi desapareció; sin embargo, de él surgieron varios grupos, uno de los cuales, los actuales Adventistas del Séptimo Día, dieron una nueva interpretación a la predicción de Miller, diciendo que el tiempo calculado por él era correcto, pero que la purificación del santuario no se refería al fin del mundo y la venida de Cristo a la tierra, sino a una obra de juicio investigador que se había iniciado en el cielo en la fecha señalada. Según ellos, ese día Cristo pasó del lugar santo al lugar santísimo, a semejanza de como lo hacía en la tierra el sumo sacerdote el Día de Expiación, pero Miller no aceptó esa nueva interpretación.
Con el chasco de 1844 quedó demostrado que la interpretación que William Miller hizo de Dan.8:14 era errónea, pero ¿cómo se podría demostrar que la nueva interpretación que le dieron los adventistas es correcta o no? Ya no se trataba de esperar un acontecimiento notorio, y por tanto sujeto a ser comprobado; ahora se trataba de algo que no se puede probar objetivamente; sólo se puede aceptar o descartar por fe. Sin embargo, el estudio de las Sagradas Escrituras, comparado con la Historia, puede llevarnos a la conclusión de que la nueva interpretación adventista no es aceptable.
Los adventistas afirman que los siete días de la creación, según el capítulo 1 de Génesis, no son siete largos tiempos, sino siete días en el sentido propio de la palabra, y yo estoy de acuerdo con eso debido a que la inspiración divina se refiere a ellos como «días de tarde y mañana». ¿Por qué, entonces, querer interpretar los 2300 días de Dan.8:14 como 2300 años, y no como días en sentido literal, si también la Biblia se refiere a ellos como «días de tarde y mañana»?
2300 días literales equivalen a algo más de 6 años, y aparentemente durante ese lapso no se registra algún acontecimiento que indique el cumplimiento de esta profecía, pero todo depende de la fecha que se tome como punto de partida, y de otros detalles que también deben ser tenidos en cuenta.
Lógicamente, la purificación del santuario es algo que debía hacerse después que el santuario hubiese sido profanado; luego entonces, el punto de partida para contar los 2300 días debía ser alguna de las distintas ocasiones en que el templo de Jerusalem fue desatendido, saqueado, profanado y/o destruido, ¿y cuándo fue? Lo fue varias veces, antes y después de los días del profeta Daniel, pero el cumplimiento de la profecía no debe buscarse en el pasado, sino en el futuro.
Daniel recibió esta revelación en el 3er. año de Belsasar, ya a fines del imperio babilónico. Después surgió el imperio medo-persa, y años más tarde el mundo cayó bajo el dominio de los griegos. Cuando el imperio griego se dividió, entonces la Palestina quedó sometida al poder de los tolomeos, pero poco más de un siglo después fue sometida al control de los seléucidas, y uno de estos reyes, llamado Antioco IV, queriendo unificar el imperio, trató de establecer en todos sus dominios una sola ley, un solo idioma y una sola religión, por lo cual decretó la abolición de la religión y de las tradiciones judaicas. Esto provocó división entre los judíos, ya que, aunque algunos se negaron a someterse a las imposiciones extranjeras, otros las aceptaron por conveniencia, o por miedo.
Por ese tiempo uno de los judíos del partido pro-helenista, llamado Jasón, logró que a cambio de mucho dinero el rey Antioco lo nombrara sumo sacerdote, y fue en tiempos de ese falso pontífice (en el año 170* A. C.) que los sacerdotes comenzaron a descuidar los sacrificios que diariamente debían ser ofrecidos en el templo. Esa situación se agravó mucho más cuando después Antioco impuso por la fuerza el culto a Zeus Olímpico y profanó el templo de Jerusalem, llegando al colmo de sacrificar cerdos sobre el altar en el año 167 A. C. Esto provocó la rebelión de los Macabeos, quienes lucharon heroicamente por lograr la independencia de su pueblo, y por fin lograron reconquistar y purificar el templo en el año 164 A. C.
Según dice Josefo en “Las Guerras de los Judíos” (I, 1, 1), entre la profanación y la purificación del templo transcurrieron tres años y seis meses, pero según el mismo Josefo en “Antigüedades de los Judíos” (XII, 7, 6), y según 1Mac.4:54; y 2Mac.10:5,* el tiempo transcurrido fue tres años, pues sólo cuentan el tiempo desde que la abominación se hizo mayor con los sacrificios de cerdos en honor a Zeus. En cambio, si contamos desde que los sacrificios a Jehováh comenzaron a ser desatendidos en tiempos del sumo sacerdote Jasón, entonces se puede admitir que no fueron tan sólo tres años.
Hay otra manera de considerar el cumplimiento de esta profecía en el tiempo de los Macabeos, veamos. Algunas versiones bíblicas, entre ellas la Reina-Valera 1909, hacen destacar algunas palabras usando para ellas un tipo de letra diferente (itálica o bastardilla). Con eso están indicando que las palabras así destacadas SON AÑADIDAS para suplir las elipsis que aparecen en los escritos originales; o sea, que esas palabras NO son parte del texto original, y ese es el caso de las palabras «días de» en Dan.8:14. La versión Reina-Valera 1960 (y otras muchas) simplemente dice:
"Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado".
Es cierto que a la expresión «2300 tardes y mañanas» parece faltarle significado, y es debido a eso que algunos traductores intercalaron «días de», creyendo que esas eran las palabras más adecuadas para completar la idea, pero si en lugar de «días» hubieran puesto la palabra «sacrificios», entonces el texto diría así:
"Y él me dijo: Hasta dos mil y trescientos sacrificios de tarde y mañana; y el santuario será purificado".
¿Por qué creer que en este versículo es más ade-cuado intercalar la palabra «sacrificios» que la palabra «días»? Porque aquí las palabras «tarde y mañana» apuntan al sacrificio continuo que sería interrumpido con la profanación del santuario, ya que en el templo debían ofrecerse dos sacrificios diariamente, uno en la mañana y otro en la tarde, como estaba ordenado en la ley.
Es difícil establecer una correspondencia exacta entre el calendario gregoriano (que rige hoy en la mayoría de las naciones) y el antiguo calendario judío. El año judío es de carácter lunisolar; tiene doce meses de 29 ó 30 días cada uno, pero cada dos o tres años se intercala un décimo tercer mes para compensar el retraso del ciclo lunar sobre el año solar. Esto hace que todos los años no tengan la misma duración, pues los años defectuosos tienen sólo 353 días, los regulares 354 y los perfectos 383.
"Y esto es lo que ofrecerás sobre el altar: dos corderos de un año cada día, sin intermisión. Ofrecerás el un cordero a la mañana, y el otro cordero ofrecerás a la caída de la tarde... Esto será holocausto continuo por vuestras generaciones..." Éxo.29:38-42.
"Y les dirás: Esta es la ofrenda encendida que ofreceréis a Jehováh: dos corderos sin tacha de un año, cada un día, será el holocausto continuo. El un cordero ofrecerás por la mañana, y el otro cordero ofrecerás entre las dos tardes." Núm.28:3-4.
Para comprender mejor a Dan.8:14 es necesario leer cuidadosamente todo ese capítulo 8. Cuando «el cuerno pequeño», que es identificado con Antioco IV (este cuerno pequeño no es el mismo de Dan.7:8), prohibió el ejercicio de la religión judía, y además sacrificó puercos en el lugar en que diariamente los sacerdotes de Jehováh debían ofrecer el sacrificio continuo, éste quedó interrumpido, y entonces se cumplió la parte de la profecía que está contenida en el versículo 11, que dice:
"...y por él fue quitado el continuo sacrificio, y el lugar de su santuario fue echado por tierra."
Después el versículo 13 contiene una pregunta de la cual el versículo 14 es la respuesta. Leamos los dos versículos juntos, arreglados de esta manera, y nos daremos cuenta que en verdad la palabra «sacrificios» cabe mejor que la palabra «días».
"...y otro de los santos dijo a aquél que hablaba: ¿Hasta cuándo durará la visión del continuo sacrificio [abandonado], y la prevaricación asoladora que pone el santuario y el ejército para ser hollados? Y él me dijo: Hasta [que sean omitidos] dos mil y trescientos sacrificios de tarde y mañana; y el santuario será purificado."
Si se admite que la profecía de Dan.8:14 no señala 2300 días, sino 2300 sacrificios, se puede llegar a la conclusión de que se refiere a 1150 sacrificios de la tarde y 1150 sacrificios de la mañana, lo que equivale a 1150 días, que son algo más de tres años. De ese modo el cumplimiento de la profecía cabe entre el tiempo en que se hizo más abominable la profanación del santuario por Antioco, y su purificación por Judas Macabeo, lo cual indica que tanto si se refiere a 2300 días, como si se refiere a 2300 sacrificios, de todos modos la profecía quedó cumplida en el siglo II antes de Cristo.
Dado que la profecía de Daniel capítulo 8 se cumplió en acontecimientos relativamente cercanos, y que la palabra «días» del versículo 14 no es parte del texto original, la interpretación de «un año por día» bien puede ser descartada, pero aun admitiéndola debido a que algunas profecías señalan un cumplimiento inmediato y a la vez otro para tiempo más lejano, y que ésta pudiera estar señalando otros acontecimientos, además del relacionado con Antioco IV, ¿por qué tomar como punto de partida el mismo dado para el inicio de las setenta semanas? Los adventistas dicen que las setenta semanas indicadas en el capítulo 9 de Daniel son parte de los 2300 días indicados en el capítulo 8, y que por lo tanto tienen un mismo punto de partida, pero eso es una suposición gratuita, pues el templo no fue profanado en el año 457 A.C., sino que al contrario, en esa fecha fue dada la orden de reconstruirlo, ya que había sido arruinado cuando los judíos fueron llevados cautivos a Babilonia 70 años atrás.
Dependiendo de la fecha tomada como punto de partida, diferentes interpretaciones han sido dadas a este pasaje del libro de Daniel. Algunos intérpretes ven reflejado aquí la toma de Jerusalén por los romanos en el año 63 A.C., la destrucción del templo en el año 70 D.C., la manifestación del anticristo en tiempo futuro, etc., por tanto, si de todos modos se quiere interpretar a Dan.8:14 como refiriéndose a 2300 años, debemos considerar otras posibles fechas para un segundo cumplimiento de la profecía. Partiendo de la profanación del santuario en tiempos de Antioco IV (entre el 171 y el 167 A.C.) la purificación del santuario estaría todavía en el futuro (y estaría por verse si la interpretación de Miller era acertada en cuanto al asunto, aunque no en cuanto al tiempo), pues la profecía estaría apuntando a los años 2129-2133 de nuestra era. Si partiéramos de la toma de Jerusalem por los romanos,*** entonces la cuenta llegaría al año 2237, fecha muy cercana al año 6000 según el calendario judío.**** Y si partiéramos de la profanación del santuario por lo zelotes, y la siguiente destrucción del templo en el año 70 D.C., la fecha señalada estaría aún más lejana, allá por el año 2370.
Dado que pueden ser consideradas como probables distintas interpretaciones de la profecía, con diferentes fechas de inicio y de culminación, ¿por qué, entonces, no considerar también como aceptable la que apunta al año 1844, según la interpretación adventista? Porque, lo que más pone en duda que esa interpretación sea correcta no es tanto la cuestión de fechas, sino la afirmación de que en el año 1844 Cristo pasó del lugar santo al lugar santísimo para iniciar la purificación del santuario celestial.
Es cierto que el tabernáculo y el templo de Jerusalem fueron hechos según el modelo que Dios mostró a Moisés y a David (Exo.25:8-40; 1Cron.28:11-19), y que estos santuarios terrenales, y el culto que se ofrecía en ellos, eran un símbolo del santuario celestial (Apo.11:19). Es cierto que el sumo sacerdote entraba una vez al año al lugar santísimo para purificarlo de las inmundicias de los hijos de Israel (Lev.16:16), y que esa ceremonia era una figura de la entrada de Cristo en el santuario celestial (Heb.9:22, y 23), pero, ¿no fue 40 días después de su resurrección que Jesús ascendió a los cielos? ¿Por qué suponer que Cristo tuvo que esperar en el lugar santo hasta el año 1844 para poder entrar al lugar santísimo como verdadero sumo sacerdote? ¿No había entrado ya Jesús hasta dentro del velo cuando el autor de la epístola a los hebreos estaba escribiendo los siguientes versículos?
"Para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo, los que nos acogemos a trabarnos de la esperanza propuesta: la cual tenemos como segura y fir-me ancla del alma, y que entra hasta dentro del velo;
donde entró por nosotros como precursor Jesús, hecho Pontífice eternalmente según el orden de Melchîsedec." Heb.6:18-20.
"Mas estando ya presente Cristo, pontífice de los bienes que habían de venir, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es a saber, no de esta creación; y no por la sangre de machos cabríos, mas por su propia sangre, entró una sola vez en el santuario, habiendo obtenido eterna redención." Heb.9:11 y 12.
"Porque no entró Cristo en el santuario hecho de manos, figura del verdadero, sino [que entró] en el mismo cielo para presentarse ahora por nosotros en la presencia de Dios." Heb.9:24.
Tengamos en cuenta que estos versículos no dicen que Jesús «entrará», sino que «entró»; por tanto insisto en decir que Jesús ya había entrado en el santuario celestial cuando se escribió la epístola a los hebreos. Al decir que Jesús ya había entrado hasta dentro del velo***** debemos desechar la idea de que Jesús había entrado sólo hasta dentro del primer velo (el lugar santo), pues si su entrada fue en su misión o carácter de pontífice, es porque entró hasta dentro del segundo velo, al lugar santísimo, donde sólo podía entrar el pontífice o sumo sacerdote.
Según Hech.7:55 y 56, Esteban vio a Jesús a la diestra del trono muchos siglos antes de 1844, y con ello concuerda el siguiente versículo, donde no dice que en tiempo futuro Jesús «se asentará», sino que desde que ascendió «se asentó» a la diestra del mismo trono.
"Así que la suma de lo dicho es: Tenemos tal pontífice que se asentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos; ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que Dios asentó, y no hombre." Heb.8:1 y 2.
Resumiendo: Para afirmar que Jesús, en el cielo, pasó del lugar santo al lugar santísimo en el año 1844, cumpliendo así la profecía de Dan.8:14, los adventistas se basan en lo siguiente:
1ro. Apoyar toda la fuerza de su interpretación en la palabra «días», una palabra que ha sido intercalada en algunas versiones, pero que no aparece en muchas otras sencillamente porque no aparece en el texto original.
2do. Interpretar el tiempo a razón de un año por cada día, lo cual es correcto en algunas profecías, pero no necesariamente en ésta, y mucho menos cuando los supuestos «días» serían días literales si se tiene en cuenta que son días de tarde y de mañana.
3ro. Tomar como punto de partida, para llegar a 1844, el año 457 A.C., que es el punto de partida correcto para interpretar otra profecía (la de las setenta semanas), pero no necesariamente ésta.
Muchas de las enseñanzas adventistas son correctas, y por lo mismo aceptables, pero creo que ésta, que se refiere al año 1844, en la que ellos hacen tanto énfasis, está sostenida en puntos de apoyo tan débiles que sólo se pueden mantener forzando la interpretación de las Sagradas Escrituras.
Yo respeto a todo cristiano sincero, y mucho más a los adventistas, con quienes tengo muchos puntos de vista en común, por tanto no quisiera que algún adventista me tome por enemigo; al contrario, si alguno tiene la oportunidad de leer este artículo, y a la luz de la Biblia puede refutarlo todo o en partes, le invito a que lo haga y a que me dé a conocer su refutación. Creo que con ello estaríamos ayudándonos de parte y parte a salir de cualquier posible equivocación, y por lo mismo a afirmarnos más y más en la verdad.
Ob. B. Luis - High Springs, noviembre de 1996
* Según otros, fue en el 171 A.C. Como se podrá apreciar en la bibliografía (Págs. 10-18), en casi todas estas fechas hay 1 año de diferencia entre la opinión de unos y otros autores de las obras consultadas.
** Creemos que los libros 1 y II de los Macabeos no fueron divinamente inspirados, y que contienen algunos errores, pero aun así no podemos dejar de reconocer el valor histórico de los mismos.
*** En el año 63 A.C. Pompeyo y algunos de sus soldados profanaron el santuario al entrar a donde sólo debía entrar el sumo sacerdote.
**** Comúnmente se cree que en el año 2000 se cumplirán 6000 años de la fundación del mundo, y que por lo tanto en esa fecha estaríamos entrando en el séptimo milenio, prefigurado en el séptimo día de la creación; sin embargo, según el calendario judío, hasta el año 2239 de nuestro calendario no se cumplirán los 6000 años de la creación.
***** El primer velo estaba entre el atrio y el lugar santo, y podía ser traspasado por todos los sacerdotes. El segundo velo estaba entre el lugar santo y el lugar santísimo, y podía ser traspasdo sólo por el pontífice, una vez al año.
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Biblia de Jerusalén
Edición española 1967
Págs. 581-82.
"Cuando Seleuco dejó esta vida y Antioco, por sobrenombre Epífanes, comenzó a reinar, Jasón, el hermano de Onías, usurpó el sumo pontificado, después de haber prometido al rey, en una conversación, trescientos sesenta talentos de plata y ochenta talentos de otras rentas. Se comprometía además a firmar el pago de otros ciento cincuenta, si se le concedía la facultad de instalar por su propia cuenta un gimnacio y una efebia, así como la de inscribir a los Antioquenos en Jerusalén. Con el consentimiento del rey y con los poderes en su mano, pronto cambió las costumbres de sus compatriotas conforme al estilo griego... Era tal el auge del helenismo y el progreso de la moda extranjera a causa de la extrema perversidad de aquel Jasón, que tenía más de impío que de sumo sacerdote, que ya los sacerdotes no sentían celo por el servicio del altar, sino que despreciaban el Templo; descuidando los sacrificios. En cuanto se daba la señal de lanzar el disco, se apresuraban a tomar parte en los ejercicios de la palestra contrarios a la Ley; sin apreciar en nada las honras patrias, tenían por mejores las glorias helénicas." 2 Mac.4:7-15.
Pág. 1216. (Nota para Dan.8:14).
"Es decir, ó 2,300 días, ó 1,150, si la expresión se refiere a los dos sacrificios cotidianos suspendidos durante el tiempo de la persecución”.
Pag. 1671 (Sinopsis Cronológica).
167-164: gran persecución.
167: matanza en Jerusalén y construcción del Acra siria. Decreto aboliendo las costumbres judías e instaurando el culto de Júpiter Olímpico en el Templo.
25 de Kisléu del 167 (mediados de dic.): primer sacrificio pagano en el nuevo altar.
164: conversaciones de paz. otoño o invierno, muerte de Antioco IV.
El 25 de Kisléu (med. dic.), purificación del Templo y reanudación de los sacrificios (Dedicación), algo más de 3 años después del comienzo de la gran persecución.
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Santa Biblia Reina-Valera
Edición de Estudio publicada por las Sociedades Bíblicas Unidas en 1995.
Pág.1090. (Nota para Dan.7:25).
La persecución de Antioco IV duró de hecho desde el año 168 a.C. hasta el 165 a.C., es decir, aproximadamente unos tres años y medio.
Pág.1091. (Nota para Dan.8:14).
Las dos mil trescientas tardes y mañanas equivalen a 1150 días, es decir, tres años y algunos días, tiempo que duró la profanación del templo bajo Antioco IV. Este periodo concluyó con la purificación del santuario, que se lllevó a cabo en diciembre del año 165 a.C., después de la victoria de Judas Macabeo.
Pág. 98 de las Ayudas Suplementarias. (Tabla Cronológica del A.T.).
Judea sometida a los seléucidas: 197-142.
Antioco IV saquea el Templo de Jerusalén: 169.
Decreto para abolir las tradiciones judías. Se instala el culto a Zeus Olímpico en el templo de Jerusalén: 167.
Rebelión de los Macabeos en lucha por la independencia: 166-142.
Reconquista y purificación del templo: 164.
Muerte de Judas Macabeo: 160.
Independencia de Judea: triunfo de la rebelión macabea: 142.
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Diccionario de la Santa Biblia
Por W.W. Rand, Publicado por Editorial Caribe.
Págs. 12 y 13.
ABOMINACION, término aplicado en las Escrituras a los objetos muy detestables. Los ídolos y su culto eran llamados así, porque defraudaban a Dios su honra, a la vez que los ritos mismos eran impuros y crueles... La “abominación desoladora” predicha por Daniel, 9:27; 11:31; 12:11, denota probablemente la imagen de Júpiter, erigida en el templo de Jerusalén por mandato de Antioco Epifanio, 170 A.C., 2Mac.6:2; 1Mac.6:7. Pero por “abominación desoladora” de que habló nuestro Señor , Mat.24:15; Mar.13, 14, y predicha como que había de verse en Jerusalén durante el último sitio de aquella ciudad por los romanos, bajo Tito, se entiende comúnmente como que es el ejército romano cuyos estandartes tenían las imágenes de sus dioses y emperadores, y eran adorados en la jurisdicción del templo cuando éste y la ciudad fueron tomados. Sin embargo, acaso se refiere a alguna iniquidad de los judíos fanáticos casi al principio del sitio, Luc.21:20.
Pág. 172.
"... La “fiesta de dedicación”, celebrada el día 25 del mes Chisleu, era una conmemoración anual de la purificación y dedicación del templo, después que fue profanado por Antiochus Epífanes 167 A.C.. Juan 10:22."
Pág. 678.
TEMPLO. "... Este templo fue a su vez saqueado y profanado por Antioco Epífanes el año 168 A.C., quien mandó suspender el sacrificio cotidiano sobre el altar, y prohibió el culto a Jehová, 1Mac. 1:46,47 etc. En ese estado permaneció durante tres años, hasta que fue renovado y purificado por Judas Macabeo, el cual restableció el culto divino y lo dedicó de nuevo. Más tarde Ponpeio tomó también el templo por asalto, y penetró hasta el lugar santísimo..."
Pág. 756-57.
INDICE CRONOLOGICO DE LA BIBLIA
170 : Antioco Epífanes toma Jerusalén, mata a 40,000 personas y profana el templo.
167 : Antioco persigue a los judíos.
165 : Judas Macabeo purifica el templo e instituye la fiesta de dedicación.
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Compendio Manual de la Biblia
Por Henry H. Halley, edición en español publicada en 1955 por Editorial Moody.
Págs. 354-55.
En 168 A.C. Antioco el Grande conquistó Palestina, que pasó nuevamente al poder de los reyes de Siria, llamados Seléucidas.
Antioco Epífanes, 174-164 A.C., adversario acérrimo de los judíos, hizo un esfuerzo salvaje y decidido para exterminarlos a ellos y a su religión. Devastó Jerusalén en 168 A.C., profanó el Templo, sacrificó un cerdo sobre el altar, erigió un altar a Júpiter, prohibió el culto del Templo y bajo pena de muerte la circuncisión, destruyó todos los ejemplares de las Escrituras que pudieran hallarse y mató a todo aquel que tuviera tales ejemplares en su poder, vendió como esclavos a miles de familias judías, y recurrió a toda forma imaginable de tortura para obligar a los judíos a que renunciasen a su religión. Esto condujo al sublevamiento de los Macabeos, una de las hazañas más heroicas de la historia.
Matatías, un sacerdote de patriotismo intenso y valor sin límites, enfurecido por los intentos de Antioco Epífanes de destruir a los judíos, reunió a un grupo de judíos leales y alzó la bandera de la sublevación. Tuvo cinco hijos heroicos y guerreros: Judas, Jonatán, Simón, Juan y Eleazar. Matatías murió en 166 A.C. y su manto cayó sobre su hijo Judas, guerrero de genio militar pasmoso. Ganó batalla tras batalla contra números increíbles e imposibles. Reconquistó Jerusalén en 165 A.C., y purificó y reconsagró el Templo. Este fue el origen de la Fiesta de Dedicación. Judas reunió en sí mismo la autoridad sacerdotal y civil, y de esta manera estableció la sucesión Asmonea de sacerdotes-gobernadores que durante 100 años encabezaron una Judea independiente.
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Diccionario Ilustrado de la Biblia
Por Wilton M. Nelson, publicado por Editorial Caribe, tercera edición 1975.
Pág. 5.
ABOMINACION. Término que traduce cuatro vocablos hebreos en el Antiguo Testamento, y en resumen señala la repugnancia que produce un objeto, persona o práctica que violenta los postulados religiosos del sistema dominante.
LA ABOMINACION DE DESOLACION.
Jesucristo hace referencia a una señal futura, ya predicha por Daniel profeta, y la llama to bdelygma tes eremóseos (Mt. 24:15; Mr. 13:14) o sea, “la abominación que produce devastación” y que había de ser colocada en el “lugar santo”. En Daniel la frase (con variantes) se halla en 9:27; 11:31; y 12:11. Dn. 11:31 alude, sin mucho lugar a duda, a la profanación del altar del holocausto en Jerusalén por orden de Antioco Epífanes (168 a.C., periodo de los Macabeos).
Las referencias que el Señor recoge pueden tener un cumplimiento doble, siendo el primero anticipo y sombra del segundo. El lugar santo fue profanado por los zelotes judíos durante el sitio de Jerusalén (66-70 d.C.), mientras los cristianos de Judea, guiados por la advertencia del Señor, huían a Pella (Mr.13:14-16). La siguiente profanación del templo por los romanos bajo Tito fue puramente destructiva...
Pág. 33.
Antioco IV, conocido como Epífanes (176-164 a.C.). Hijo segundo de Antioco el Grande. Su política helenizante, que pretendía unir a todos sus súbditos bajo un solo idioma, una sola ley y una sola religión, le costó la enemistad con los judíos... El rey llegó al punto de decretar la pena de muerte para quien se negase a seguir las costumbres griegas (1 Mac. 1:52).
Además, Antioco invadió a Judá, tomó a Jerusalén, profanó el templo e hizo una gran matanza de judíos. Ante esta situación Matatías se rebeló y se retiró a los montes con gran número de seguidores. El hijo de Matatías, el famoso Judas Macabeo, derrotó repetidamente a las fuerzas de Antioco. todas estas victorias por parte de los judíos fueron posibles porque bajo Antioco IV el reino sirio se encontraba en franca decadencia. Antioco murió en Babilonia en medio de una campaña militar (1Mac.6:8-16). A él se refiere Dn. 11:21-39.
Pág. 144.
CRONOLOGIA DEL PERIODO INTERTESTAMENTARIO
Antioco IV saquea el templo, 169.
Profanación del templo, 167.
Rebelión de Matatías, 167-6.
Judas Macabeo toma el mando, 166-60
Reedificación del templo, 164.
Pág. 158.
DEDICACION, FIESTA DE. Fiesta mencionada sólo una vez en la Biblia (Jn. 10:22). Fue instituida para conmemorar la gesta de Judas Macabeo, quien en 164 purificó ceremonialmente y reedificó el templo y el altar de los holocaustos, que habían sido profanados por Antioco Epífanes (1Mac. 4:52-59; 2 Mac. 2:20; 10:6ss.) Se iluminaba profusamente el templo y también las casas.
Los judíos modernos celebran esta “Fiesta de las luces” (Janukka) y en varios aspectos es semejante a la navidad de los cristianos. Incluso, la fecha de esa celebración a veces coincide con el 25 de diciembre.
Pág. 391.
MACABEOS. I La revuelta de Matatías.
Después de la muerte de Alejandro el Grande, su imperio fue repartido entre sus generales. Palestina quedó entre el reino de los seleucos, cuya base estaba en Siria, y el de los ptolomeos, que reinaban en Egipto. Durante varios siglos, Egipto y Siria se disputaron el territorio de Jedea, aunque por lo general fue Siria quien lo gobernó. Cuando uno de los seleucos, Antioco, trató de imponer una cultura uniforme sobre todas sus posesiones, los judíos se rebelaron, pues se intentó destruir varios de los fundamentos de su religión. El jefe de esta rebelión fue el sacerdote Matatías, padre de Judas Macabeo...
II Judas Macabeo
A la muerte de Matatías le sucedió su hijo Judas, hábil general que repetidamente derrotó a enemigos mucho más numerosos que sus propias fuerzas. Gracias a varias dificultades que las autoridades de Siria tenían que enfrentar —la guerrea con Persia, la falta de fondos, y después una guerra civil— Judas logró cierta independencia para su país, recuperó y purificó el templo de Jerusalén, e hizo un pacto con el creciente poder de Roma. Pero por fin Siria logró derrotarlo y matarlo en el año 162 a.C.
Pág. 649.
EL SEGUNDO TEMPLO, O TEMPLO DE ZOROBABEL
... Este fue el templo que el rey seleucida Antioco IV Epífanes saqueó y profanó con la “abominación desoladora”, una estatua de Zeus ante la cual ordenó que se ofreciesen sacrificios de cerdos (Dn. 8:12-14; 9:27; 10:31). Fue este también el templo que los príncipes macabeos reconquistaron de sus opresores sirios y lo reconsagraron al culto del Dios de Israel.
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Nuevo Diccionario Bíblico
1ra. edición en español, publicado por Ediciones Certeza en 1991.
Pág. 6.
ABOMINACION DESOLADORA
... Esta designación parece tener en vista la acción de Atioco Epífanes, quien colocó sobre el altar en el templo de Jerusalén un pequeño altar idolátrico que se describe en 1 Mac. 1.54ss como la “abominación de la desolación”. Con ella, según la tradición judaica, iba una imagen, casi seguramente de Zeus...
Pág. 75.
Antioco IV, hijo menor de Antioco III y de Laodice III... Durante su reinado hubo muchas intrigas en pos del sumo sacerdocio de parte de Jasón y Menelao, a raíz del mal comportamiento de los cuales Antioco visitó Jerusalén en el 169 e insistió en entrar en el lugar santísimo, de donde se llevó algunos de los utensilios de oro y de plata. Presiones ejercidas por Egipto lo convencieron de la necesidad de helenizar a Palestina, y las medidas adoptadas contra la antigua religión dieron por resultado la cesación de los sacrificios en el templo y la construcción de un altar griego en el lugar del altar viejo el 25 de diciembre de 167. La revuelta dirigida por Matatías de la casa de Asmón y sus cinco hijos condujo a la reconsagración del templo sólo tres años después. Antioco, quien en monedas correspondientes a los últimos años de su reinado se hizo llamar (Theos) Epífane, “(dios) manifestado”, murió en campaña en Media en el 164.
Pág. 347.
DEDICACION, FIESTA DE LA
... Se celebraba el 25 de Quisleu, y duraba ocho días; originalmente tenía por objeto celebrar el solsticio de invierno, pero posteriormente conmemoraba . conmemoraba la purificación del templo y el altar por Judas Macabeo en 164 a.C., exactamente tres años después de haber sido profanados por Antioco Epífanes... a diferencia de las grandes festividades podía celebrarse fuera de Jerusalén. Su característica principal consistía en encender muchas lámparas, lo que le dio el nombre de fiesta de las luces. La única referencia neotestamentaria (Jn. 10:22) indica la estación del año.
Pág. 512.
La fiesta extrabíblica denominada Hanukka es la celebración de la recuperación y purificación del templo por Judas Macabeo en 164 a.C., después de que lo hubo profanado Antioco IV Epífanes. También se denomina “fiesta de las luces”.
Pág. 838.
MACABEOS. I La revuelta macabea.
Palestina fue, invariablemente, teatro de las luchas políticas de los seléucidas y los tolomeos, herederos del imperio de Alejandro Magno. Uno de los resultados fue la aparición de un partido prosirio y otro proegipcio en Judea, y la tensión entre ambos estaba muy relacionada con la política interna judía y los celos entre familias, como también con un movimiento entre los judíos “liberales” que buscaba adoptar las costumbres y las normas que regían en el mundo griego. El conflicto resultante provocó la intervención de Siria. El rey seléucida Antioco IV (Epífanes), que era loco, malo, y peligroso, vendió el sumo sacerdocio al mejor postor, a un tal Menelao, individuo al que no le correspondía en absoluto, y cuando, en 168 a.C., éste fue expulsado, Antioco envió a su ayudante a saquear Jerusalén y matar a sus habitantes.
Poco después Antioco inició una persecución religiosa como no hubo antes. Se prohibió, bajo pena de muerte, la observancia del día de reposo y la práctica de la circuncisión; se establecieron sacrificio paganos y también la prostitución en el templo; los judíos amantes de la ley fueron objeto de toda clase de degradaciones y brutalidad (cf. Dan. 11.31-33). Indudablemente muchos sucumbieron, pero otros muchos resistieron heroicamente (1 Mac. 1.60ss; 2.29ss; 2 Mac. 6.18ss)...
Pág. 1335.
El segundo templo.
... En lugar de los diez candelabros de Salomón, un candelabro de siete brazos iluminaba el lugar santo, donde también estaba la mesa de la proposición y el altar del incienso. Estos elementos fueron llevados por Antioco IV Epífanes (ca. 175-163 a.C.), quien fue el que colocó allí la “abominación de la desolación” (altar o estatua pagano) el 15 de diciembre de 167 a.C. (1 Mac. 1.54). Los Macabeos triunfantes purificaron el templo después de esta contaminación, y volvieron a colocar el mobiliario a fines del 164 a.C. (1 Mac. 4.36-59)...
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Comentario Exegético y explicativo de la Biblia
Por R. Jamieson, A. Fausset y D. Brown
Decimocuarta edición publicada en 1992 por la Casa Bautista de Publicaciones. Tomo I
Pág. 840.
...dos mil y trescientos días-lit. “mañanas y tardes”, especificadas en relación con los sacrificios de mañana y de tarde. Véase Génesis 1:5. Son seis años y 110 días.* Esto incluye no sólo los tres años y medio durante los cuales los sacrificios diarios eran prohibidos por Antioco (Josefo, Guerras Judías, 1:1, sec.1), sino toda la serie de acontecimientos durante los cuales eran prácticamente interrumpidos, empezando con “el cuerno pequeño... creció... hasta la tierra deseable” y “parte del ejército del cielo... echó por tierra” (vv. 9, 10), es decir, cuando en el año 171 a. de J.C., o en el mes de Siván del año 142 de la era de los seléucidas, se empezó a descuidar los sacrificios, debido a que el sumo sacerdote Jasón introducía en Jerusalén costumbres y diversiones griegas, la palestra y el gimnasio; terminando con la muerte de Antioco, año 165, o el mes Shebath, en el año 148 de la era seléucida...
* Los 3200 días serían 6 años y 110 días si los años fueran de 365 días como los nuestros, pero se debe tener en cuenta que algunos años judíos tenían 12 meses mientras que otros tenían 13, por lo que algunos años tenían solamente 353, pero otros años tenían 383 días
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Enciclopedia Multimedia
Didacta, Edición especial en disco compacto.
Antioco IV, Epífanes o el ilustre que reinó de 174 a 164 antes de J. C., se apoderó del Bajo Egipto, mantuvo prisionero a Tolomeo Epífanes, pero los romanos le obligaron a renunciar a esta conquista. Persiguió a los judíos, los hizo asesinar en gran número... Murió en Persia de una caída del caballo...
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Antigüedades de los Judíos
Por Flavio Josefo (XII,V,3,4).
Tomo II, Págs. 289-91 en la edición publicada por Libros Clie en 1988.
3. El rey Antioco, al regresar de Egipto por miedo a los romanos, dirigió su ejército contra la ciudad de Jerusalén; entró en la misma en el año ciento cuarenta y tres del reinado de los seléucidas, y se apoderó de ella sin lucha, pues le abrieron las puertas los que eran sus partidarios. Una vez dueño de Jerusalén, mató a muchos que le eran contrarios y luego de apoderarse de gran cantidad de riquezas regresó a Antioquía.
4. Dos años después, el ciento cuarenta y cinco, el día veinticinco del mes que entre nosotros se denomina caslev, y entre los macedonios apelaios, en la olimpíada ciento cincuenta y tres, el rey con un gran ejército ascendió a Jerusalén, y simulando intenciones pacíficas, por engaño se apoderó de la ciudad...
Despojó el templo, llevándose los vasos de Dios, los candelabros de oro, el
arca de oro, la mesa y los incensarios, sin dejar ni aun los velos hechos de lino y escarlata; vació los tesoros ocultos sin dejar nada, sumiendo a los judíos en una gran tristeza. Prohibió los sacrificios que se acostumbraban hacer todos los días, saqueó toda la ciudad; mató a muchos y a otros, con sus mujeres e hijos, los redujo a la cautividad, sumando el número de cautivos cerca de diez mil. Entregó al fuego lo más hermoso de la ciudad, derribó los muros y construyó la fortaleza...
La fortaleza se convirtió en el refugio de los impíos y los ímprobos, por cuya causa los ciudadanos sufrieron cruelmente. Después de haber levantado un ara en el lugar donde estaba el antiguo altar de los sacrificios, el rey sacrificó cerdos, índole de sacrificios ilegítimos y que no está de acuerdo con el culto propio de los judíos.
Obligó también a los judíos a que, olvidando el culto de su Dios, adoraran a los que él consideraba dioses; y a levantarles en los poblados y en las ciudades santuarios y altares en los cuales todos los días se sacrificaban cerdos. Además les ordenó que no circuncidaran a sus hijos, amenazándoles con castigos si procedían en contra de esta orden.
Nombró también inspectores encargados de hacer cumplir lo ordenado. Muchos de los judíos, algunos espontáneamente, otros por miedo, acataron las órdenes del rey, pero los más eminentes y de ánimo elevado las despreciaron, cumpliendo los ritos de su patria sin miedo al castigo con que se amenazaba a los que no obedecían; es así como todos los días morían algunos sometidos a intensos tormentos. Heridos a latigazos y mutilados en el cuerpo, estando vivos todavía y respirando los colgaban de las cruces; sus mujeres y sus hijos, circuncidados a pesar de la prohibición del rey, eran estrangulados; suspendían a los hijos del cuello de sus padres crucificados.
Los libros sagrados o de la Ley que encontraban eran destruidos inmediatamente, y los desdichados que los habían guardado morían miserablemente.
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Ant. de los Judíos, (XII,VII,6-7). Págs. 298-99.
6. Después de haber vencido tantas veces a los generales de Antioco, Judas convocó una asamblea. Dijo que convenía, después de haber obtenido tantas victorias, subir a Jerusalén para purificar el Templo y ofrecer los sacrificios acostumbrados. Cuando con todo el pueblo se acercó a Jerusalén, encontró el Templo desierto, las puertas incendiadas y el santuario invadido por las plantas; a la vista del espectáculo que ofrecía el Templo se lamentó en compañía de los suyos.
Ordenó a algunos de sus soldados que atacaran a los que estaban en la fortaleza, mientras él purificaba el Templo. Después de purificarlo con sumo cuidado, colocó vasos nuevos, el candelabro, una mesa, todo de oro; de nuevo suspendió velos en las puertas y puso a éstas en su lugar. Además, luego de demoler el ara de los sacrificios, construyó una nueva de piedras no cortadas con hierro. El día veinticinco del mes de caslev, llamado por los macedonios apelaios, encendieron las luces del candelabro, el incienso humeó en el altar, colocaron los panes sobre la mesa y ofrecieron holocaustos en el nuevo altar.
Esto se realizó el mismo día en que, tres años atrás, el culto sagrado había sido reemplazado por un culto impuro, adoptándose las costumbres de otros pueblos. El Templo, que había sido desolado por Antioco, permaneció en este estado por espacio de tres años;* pues estos acontecimientos tuvieron lugar el día veinticinco del mes de apelaios, en la olimpíada ciento cincuenta y tres. Fue restaurado el mismo día, el veinticinco del mes de apelaios, año ciento cuarenta y ocho, olimpíada ciento cincuenta y cuatro. La desolación del Templo se realizó de acuerdo con lo predicho por Daniel cuatrocientos años antes; profetizó que los macedonios lo destruirían.
7. Judas celebró por siete días la restauración de los sacrificios en el Templo... Desde entonces hasta la actualidad celebramos lo que se llama la fiesta de las Luminarias; creo que se le da este nombre porque en forma inesperada lució para nosotros la libertad...
* Recordemos que los años judíos no eran de 365 días.
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Enciclopedia Ilustrada de Historia de la Iglesia
Por Samuel Vila y Darío Santamaría, publicada por Libros Clie en 1979.
Pág. 166 (Adventistas)
...Pasado el año 1844, y al no producirse la venida del Señor como esperaban, Miller aceptó su error, pero murió en 1849 con una fe firme en la venida del Señor, aunque buscando la causa de su desengaño...
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¿Cuál Camino?
Por Luisa J. de Walker, publicado por Editorial Vida, 13va. reimpresión en 1986.
Págs. 126-127.
...Guillermo Miller, demostrando su sinceridad y su honradez, confesó sencillamente que se había equivocado en su sistema de interpretación bíblica. Se necesitaba cierta grandeza de alma, o gracia del Señor, para reconocer abiertamente un error así. Miller la tenía y no trató de defender más la interpretación que había proclamado por un cuarto de siglo. Pero no todos sus discípulos estaban dispuestos a abandonar su mensaje. De los muchos grupos que le habían seguido, tres se unieron para formar una nueva iglesia basada sobre una nueva interpretación del mensaje profético de Miller. Este no aceptó la interpretación revisada y se negó a unirse al nuevo movimiento...
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